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Valparaíso bajo el asedio de la Armada: Detención y torturas en el Cuartel Silva Palma

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Texto y fotos: Amory Díaz Sánchez

En tiempos que el negacionismo se ha hecho carne en deslenguados comentarios y “frases para el bronce” de parte de la ultraderecha, justificando el golpe de Estado y con ello avalando la barbarie, el llamado a redoblar los esfuerzos por una Memoria activa debe necesariamente continuar labrándose desde lo colectivo y el reconocimiento de las luchas que continúan dándose por denunciar los pactos de silencio e impunidad. Desde el 11 de septiembre de 1973, enfrentamos el genocidio fáctico de los cuerpos detractores al régimen y, en el presente, sorteamos un genocidio y violencia simbólica, que a 50 años continúa legitimando el exterminio.

Pero más allá del campo semántico, discursivo y político partidista sobre los crímenes de lesa humanidad, y las desvergonzadas enunciaciones de un puñado de fascistas recalcitrantes, la reconstrucción de la Memoria necesariamente debe acudir a hechos y actores concretos que pugnen el relato hegemónico de un proceso histórico que dejó muertes, ejecuciones, desapariciones forzadas, tortura y exilio:

Lo cierto es que los tentáculos de la dictadura pinochetista articularon un entramado de organismos, cuya única función fue la represión en las distintas latitudes del territorio nacional. En la Región de Valparaíso, se vivió una especial situación, toda vez que la Armada de Chile se constituyó como una de las entidades represivas, que además de operar durante la dictadura, inició acciones previo al golpe en contra de los integrantes de sus propias filas, quienes ante el intento de alertar al gobierno de la Unidad Popular sobre la conspiración golpista, fueron trasladados y torturados en el Cuartel Silva Palma, centro de detención por el cual habrían pasado además, alrededor de 5 mil personas.

Ubicado en la calle Villaseca, entre el cerro Artillería y el Molo de Abrigo, el Cuartel Silva Palma es tristemente reconocido como parte de la “Colina del Terror”, en la cual también se asentaba la Academia de Guerra Naval, recinto ubicado en el cerro Playa Ancha, pero que se conectaba internamente con el Cuartel para llevar a cabo los más crudos interrogatorios y torturas.

Fruto del esfuerzo de grupos de Derechos Humanos, en 2018 fue declarado Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico. Esta acción impulsada por el Colectivo Cine Forum y la Agrupación de Marinos Antigolpistas, sin duda ha sido una gran conquista en el camino por visibilizar el horror experimentado, dejando en evidencia el protagónico y macabro rol jugado por la Armada de Chile en la historia reciente.

Sin embargo, y mucho antes de la dictadura cívico militar, al Cuartel Silva Palma le precedía su historia, pues en tiempos pretéritos ya había sido utilizado como centro de detención.

Antecedentes, Historia y Represión

El hoy Cuartel Silva Palma forma parte del Valparaíso decimonónico. Su construcción se inició en 1867 junto a una serie de otras fortificaciones en la ciudad Puerto, pero debido a su importancia estratégica en la protección de los Almacenes Fiscales de la época, destacó la realizada en el Cerro Artillería, lugar donde se edificó el Fuerte Bueras, compuesto por tres torres: Bueras, Bueras Alto y Bueras Bajo. Si bien en una primera instancia estas operaban bajo el mando del Ejército, a principios del siglo XX fueron traspasadas a la Armada de Chile. En ese contexto, el Fuerte Bueras Bajo fue renombrado en 1903 como Cuartel Contralmirante Alberto Silva Palma, siendo la única de las tres torres que se mantiene en pie.

Resulta de vital relevancia adentrarnos en su historia, pues la trayectoria de este recinto a manos de la Armada ha significado que, en más de una oportunidad, las instalaciones del ex Fuerte Bueras Bajo fueran utilizadas por la marina chilena para la detención arbitraria e incluso para el castigo y represión. Ni en las postrimerías del siglo XIX ni los albores del XX, el Cuartel Silva Palma cumplió la función estratégica que originó su construcción: “Jamás fue utilizado para los fines iniciales, y derivó en recurrente sitio de reclusión, tanto de marinos acusados de actos de indisciplina, como a participantes en conflictos sociales y políticos, acaecidos tanto al interior de la Armada como en el país, entre los que se destacan cinco hitos, los años 1891, 1925, 1931, 1961 y, el más reciente, cuyas heridas no terminan de cicatrizar, en 1973”, información plasmada en el libro editado por el Colectivo Cine Forum en 2021 y que forma parte de una valiosa investigación que da cuenta del tránsito de este sitio, desde sus orígenes hasta convertirse en parte de los Sitios de Memoria de la Región de Valparaíso.[1]

Es así como distintos momentos históricos van trazando el mapa de represión alrededor de este lugar. Por ejemplo y según se había enunciado, en 1891 durante la Guerra Civil el entonces Fuerte Bueras Bajo fue utilizado por primera vez como centro de detención, manteniendo como prisioneros a una parte de las tropas que habían sido leales al presidente José Manuel Balmaceda y cuya derrota en la Batalla de Placilla les significó el encarcelamiento.

Se añade a lo anterior, la sublevación protagonizada por un grupo de la marinería en 1931, quienes reclamaron la disminución de su salario producto de una medida estatal derivada de la crisis mundial financiera iniciada en 1929. La organización de las filas, derivó en distintas acciones y enfrentamientos, llegando incluso al ataque de las bases de Coquimbo y Talchahuano. Los líderes de este levantamiento fueron juzgados en Consejos de Guerra en distintas ciudades del país, destacando que en el caso de Valparaíso “se presume que, en el momento del Consejo de Guerra (…) los detenidos estuvieron recluidos en el Cuartel Silva Palma, destinado a lo largo del siglo XX a estos fines, toda vez que, entre aquellos marineros que adhirieron a la insurrección, además, de los que participaron en Coquimbo y Talcahuano, se contaban también aquellos que pertenecían al mismo cuartel Silva Palma en Valparaíso”.

Situación similar sucedió en el llamado “Bandejazo” del año 1961, sumándose como otro antecedente a la causa, toda vez que estudiantes de la Escuela de Ingeniería Naval protestaron por mejores tratos y raciones alimentarias. El desenlace no es distinto: fueron arrestados y trasladados entre otros sitios, al Cuartel Silva Palma, siendo acusados por incumplimiento de deberes, sedición o motín.

Por otra parte, en enero de este año la Corte Suprema condenó a seis marinos en retiro como autores del delito de secuestro con grave daño en perjuicio de Morelia Fernández, quien fue detenida a la edad de 17 años por efectivos de la Armada de Chile en Valparaíso y trasladada al Cuartel Silva Palma: “Morelia del Rosario Fernández Montenegro fue tomada detenida una noche del mes de febrero de 1974 por efectivos de la Armada de Chile, en su domicilio ubicado en el cerro Florida de la comuna de Valparaíso. (…) En dicho recinto permaneció alrededor de 2 semanas detenida, sin alimentación ni medidas de higiene, sometida a interrogatorios, malos tratos físicos como golpes y aplicación de corriente eléctrica, malos tratos psicológicos como privación del sueño y amenazas tanto a su integridad física como a la de su familia, y malos tratos verbales”. [2]

Lamentablemente, el caso de Morelia es uno de los tantos que engrosan la lista del accionar represivo de la Armada en la región de Valparaíso. Incluso según los testimonios de sobrevivientes, personas que pasaron por el cuartel Silva Palma, hoy se encuentran detenidas desaparecidas: Alberto Salazar Aguilera, Silvio Pardo Rojas, Horacio Carabantes Olivares, María Isabel Gutiérrez Martínez [3] … y así el listado continúa perenne hasta que algún día sus cuerpos sean encontrados. En definitiva, hoy la historia acusa recibo del imborrable disciplinamiento y control de los cuerpos que ha ejercido la Armada en el transcurso de los últimos 100 años.

Las primeras detenciones: Marinos Antigolpistas

Desde la instauración del Golpe de Estado, el control en Valparaíso fue tomado por la Primera Zona Naval, desplegando una red de centros de detención y tortura tanto en tierra como en altamar. Entre ellos se contaban los buques Maipo y Lebu (puestos a disposición por Ricardo Claro, dueño de la Compañía Sudamericana de Vapores), el Buque Escuela Esmeralda, la base Aeronaval de El Belloto, la Academia de Guerra y el Cuartel Silva Palma, entre muchos otros.

No obstante, especial atención cobra este último, pues además de ser utilizado como centro de detención y tortura entre 1973 y 1976, en sus instalaciones operó el Servicio de Inteligencia Naval (SIN), entidad que inició operaciones previo al golpe, teniendo como objetivo detener a marinos antigolpistas o constitucionalistas y trabajadores de ASMAR en Valparaíso y Talcahuano, quienes intentaron alertar las maniobras que fraguaban los altos mandos de la Armada para derrocar al gobierno de Salvador Allende.

En esta línea, y según los mismos testimonios de la marinería, los esfuerzos estuvieron siempre orientados a “develar la contradicción de la Armada en lo que se refiere a su actuación y rol conspirativo previo al golpe de Estado, en un Estado de Derecho; el que mientras nos reprimían por ser consecuentes con nuestro juramento a la Constitución de 1925, la oficialidad lo quebrantaba liderando una conspiración sediciosa para concretar un Golpe de Estado.[4]

Pese a las acciones desarrolladas, en junio de 1973 se realizaron las primeras detenciones en la Base Aeronaval de la Armada en Belloto (Quilpué), continuando con los marinos de la Escuela de Ingeniería Naval. Prosiguen el 5 de agosto la “detención y tortura de personal antigolpista en diferentes buques de la Escuadra, siendo la última de las detenciones el 11 de agosto de 1973”. El testimonio de los marinos antigolpistas, leales al gobierno del “compañero presidente”, refleja claramente cómo la institución se puso al servicio de un régimen genocida, incluso torturando a sus propias tropas:

“En nuestro caso (…) nos llevaron directamente al Cuartel Silva Palma (…) después de la incomunicación, pasamos a los interrogatorios. Fue un período difícil y en el entretanto pudimos apreciar de cerca lo que había acontecido con la marinería secuestrada de los buques de la escuadra y torturada inhumanamente. Allí quedó demostrada la irracionalidad brutal de la oficialidad al límite de la esquizofrenia, todo realizado en pleno Estado de Derecho, en el cual los torturadores debieron haber sido apartados de la institución, si en ella hubiera existido un poco de humanidad y ética de sus miembros”.

Tras la “neutralización” de las filas al interior de la Armada, el Servicio de Inteligencia Naval (SIN) si bien continuó operando en el Cuartel, constituyó sus principales centros de operaciones en la Base Naval de Talcahuano, Isla Quiriquina y Fuerte Borgoño. De allí en adelante, la monstruosa cacería no dio tregua. Pese a los consiguientes esfuerzos de la marinería, el bombardero a la Moneda cimentó la barbarie cívico militar y el exterminio que se extendió de facto por 17 años.

Mapa Cuartel Silva Palma (Marinos Constitucionalistas)

Dictadura y Cuartel Silva Palma

Posterior al 11 de septiembre, comienzan las operaciones del Servicio de Inteligencia de la Comandancia de Área Jurisdiccional de la Seguridad Interior (SICAJSI) encabezado por José Toribio Merino, conspirador del Golpe, Integrante de la Junta de Gobierno y autodenominado Comandante en Jefe de la Armada. Se añade que el servicio, además de ser integrado por funcionarios de la Armada, contabilizaba en sus filas a efectivos de la Policía de Investigaciones y Carabineros, cuyas funciones represivas se desarrollaron desde la Academia de Guerra Naval y el Cuartel Silva Palma, extendiéndose incluso más allá de los límites geográficos de la región.

De este modo, el macabro trazado de represión liderado por la Armada en Valparaíso, se ajustaba y afinaba cada vez a los fines reaccionarios y desproporcionado de la ya instaurada Junta Militar, convirtiendo al Cuartel Silva Palma en uno de los principales centros de detención y tortura de la ciudad Puerto. En algunos casos, los detenidos provenían de diversos sitios de detención producto del accionar de la DINA y otros organismos represivos, en tanto que otros, llegaban por operaciones directas de SICAJSI.

Según se consigna en el material editado en 2021 por el Colectivo Cine Forum, durante el mes de julio de 1974 SICAJSI “da un golpe certero a la reorganización de la dirigencia regional del Partido Comunista, deteniendo a parte de los cuadros que estaba asumiendo la responsabilidad de recambio, como dirección alternativa. Caen más de 20 militantes, quienes fueron secuestrados e interrogados en el Cuartel Silva Palma, después entregados a la Fiscalía Naval, sometidos a proceso y enviados a la Cárcel Pública de Valparaíso”[5].

Sumado a los antecedentes históricos, en el testimonio de los sobrevivientes queda la huella imborrable del profundo horror concretado, en este caso específico, por la Armada de Chile en la Región de Valparaíso: Eduardo Palma, ex prisionero político recuerda que, “en la entrada al Silva Palma por protocolo, te vendaban de inmediato, te daban un par de ‘coscachos’ para ubicarte donde estabas (…) te sacaban los cordones y todo lo que pudieras utilizar para suicidarte o atentar contra tu vida, ellos protegiendo la vida era un poco irónico (…) Desde allí ya entrabas a un laberinto absolutamente oscuro, la idea era hacerte perder toda la noción de tiempo. Te hacen pasar por lugares donde hay gente que viene saliendo de la tortura, hay mucho dolor, mujeres llorando y compañeros quebrados. Te mandan a unos cuartuchos donde entraba un haz de luz y en las paredes habían marcadas rayitas de otros compañeros, que habían estado 30 o 40 días allí, no sé, yo creo que es parte de la escenografía para ‘ablandarte’. Otros compañeros habían estado allí antes, había un relato que uno conocía, pero la verdad es que todos se quedan cortos. El procedimiento consiste básicamente en aislarte, hacerte perder la noción de tiempo, sacarte cada ciertas horas a interrogatorios. La única oportunidad en que ves la luz del día, es cuando te sacan al baño o cuando te llevan algo de comida. Te sacan cada cierto rato a hacer ejercicio, gimnasia forzada, careos, etc (…) El Silva Palma es absolutamente deprimente por dentro, de lo que yo recuerdo (…)”

Por otra parte, nos encontramos con Guillermo Sotomayor también sobreviviente que narra no sólo su paso por el Cuartel, sino también los miedos que se enfrentaban:

«Yo fui realmente raptado en la calle, pistola en la espalda, una camioneta gris (…) Todavía no llegabas a tu sitio de detención, y ya te estaban pateando para pillarte de sorpresa. Yo lo único que hacía era taparme la cabeza (…) Este era un centro donde había tres partes, una donde estaban las celdas individuales, otra donde te torturaban y una tercera que era como intermedia, ahí te tiraban cuando ya no tenían nada más que sacarte, te dejaban en una pieza donde habían otros compañeros, y podías conversar e interactuar”.

“Cuidado, porque para el mundo exterior tú seguías siendo un desaparecido, porque nadie sabía dónde estabas. Ese era un centro de detención y tortura donde tenías 3 posibilidades solamente. La primera era que te mataran, la segunda era que te dejaran libre y la tercera era que pasaras a la cárcel. Para mí personalmente y para muchos compañeros, la esperanza entre comillas de seguir vivo, era ir a la cárcel, porque ahí ya aparecía lo que podríamos llamar, la salvaguardia internacional y la resistencia nacional (…) había varias organizaciones, que de una u otra forma, eran un respaldo con respecto a tu vida (…) no era llegar, tomarte y matarte”.

Ambos testimonios forman parte del proyecto audiovisual “Cerro de la Memoria” [6] impulsado por Cine Forum en 2018, y cuyo propósito fue rescatar las vivencias de 50 hombres y mujeres en torno a este y otros sitios de detención y tortura, a objeto de preservar los relatos que contribuyan a desestabilizar el relato hegemónico de la historia, vinculando además la Memoria a las nuevas generaciones.

Descripción Nivel 1

Memoria Activa

Por más de dos décadas, Colectivo Cine Forum viene trabajando intensamente junto a otras organizaciones de Derechos Humanos en la preservación de la memoria histórica de la ciudad, poniendo especial énfasis en el accionar de la Armada en la Región de Valparaíso. Múltiples han sido sus causas, no solo enfatizando testimonios de los sobrevivientes, sino también denunciando públicamente acciones y figuras golpistas que encarnaron la conspiración y la más cruda violencia contra hombres y mujeres a partir de 1973.

Lo anterior cobra mayor fuerza toda vez que en el año 2017 y sin previo aviso se demuele el edificio que albergó a la Academia de Guerra Naval en el cerro Playa Ancha. La Armada aludió en ese entonces a que las instalaciones presentaban daños estructurales originados por el terremoto ocurrido en 2010. Sin embargo, y coincidentemente, esta acción se lleva a cabo en momentos que Jaime Arancibia, ministro en Visita Extraordinaria para causas de DD.HH, avanzaba en el proceso investigativo, logrando individualizar a los integrantes de la Armada que estuvieron a cargo de las principales acciones de represión y tortura.

Esta situación sin duda puso en alerta a las diversas organizaciones que veían cómo la Armada continuaba actuando en plena impunidad, temiendo por tanto, que el Cuartel Silva Palma corriera el mismo destino. Es por ello que la Agrupación de Marinos Antigolpistas y Colectivo Cine Forum agilizaron las diligencias iniciadas en 2016 ante el Consejo de Monumentos Nacionales, las cuales rindieron frutos finalmente en febrero de 2018, fecha en que se publica en el Diario Oficial el decreto que declaró al Cuartel Silva Palma como Monumento Nacional, en la categoría de Monumento Histórico.

Sin embargo, el camino por la memoria continúa, pues con esta primera batalla ganada, los esfuerzos se intensifican ante la necesidad de preservación histórica del sitio: Con el apoyo del Consejo Municipal de Valparaíso (2021), Cine Forum eleva solicitud de comodato por 20 años al Ministerio de Bienes Nacionales para que, el que fuera centro de detención y tortura, transmute dando vida a un centro cultural donde se puedan resignificar las luchas por la justicia y la democracia. No obstante, esta solicitud aún no cuenta con un pronunciamiento.

Nombrar al Cuartel Silva Palma como Sitio de Memoria, nos remite necesariamente a resistencias y luchas colectivas que, junto con resguardar las historias de vida de los sobrevivientes, trabaja intensamente por desenmascarar a los genocidas que operaron impunemente durante la Dictadura. La responsabilidad de la Armada de Chile nos devuelve no sólo a la conspiración de la debacle institucional, sino también al establecimiento de una articulada red de control que basó sus operaciones en apremios ilegítimos que cercenó la vida de miles de personas.

A pocos meses de conmemorarse los 50 años del golpe de Estado, el negacionismo no debiese tener cabida en el imaginario social y político de un país profundamente fracturado. En esta línea, el Cuartel Silva Palma junto a otros Sitios de Memoria, ofrecen la generosidad de su historia para continuar impulsando una Memoria pregnante y colectiva, que albergue en las nuevas generaciones, una esperanza de verdad, justicia, y por sobre todo garantías de no repetición ante las más crueles manifestaciones humanas, de odio, disciplinamiento y control.

Descripción Nivel 2

eferencias:

1)- 2021. Colectivo Cine Forum: Una Memoria Incómoda. Cuartel Silva Palma. De Centro de Tortura a Sitio de Memoria (Ver web)

2)- Fallo de la Corte Suprema. 25 enero 2023 (Ver fallo)

3)- Expediente del caso “Los Ocho de Valparaíso”, testimonios sitúan en marzo de 1975 a María Isabel Gutiérrez Martínez y Horacio Carabantes Olivares en el Cuartel Silva Palma, quienes fueron detenidos en enero de ese año por agentes de la DINA en la región de Valparaíso.

4)- Testimonios de la marinería Antigolpista. (Ver web) En: 2021. Colectivo Cine Forum: Una Memoria Incómoda. Cuartel Silva Palma. De Centro de Tortura a Sitio de Memoria p.44

5)- 2021. Colectivo Cine Forum: Una Memoria Incómoda. Cuartel Silva Palma. De Centro de Tortura a Sitio de Memoria p.139 (Ver web)

6)- El Cerro de la Memoria (Ver web)

  • Biblioteca Congreso Nacional: DECRETO 14 DECLARA MONUMENTO NACIONAL EN LA CATEGORÍA DE MONUMENTO HISTÓRICO AL «SITIO DE MEMORIA CENTRO DE DETENCIÓN CUARTEL ALMIRANTE SILVA PALMA (FUERTE BUERAS BAJO)», UBICADO EN LA COMUNA, PROVINCIA Y REGIÓN DE VALPARAÍSO (Ver decreto)

*Publicado en la edición 20 de revista Grito


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