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Kattia González, madre de la DJ Anna Cook: “Pude haber tomado justicia por mis manos, pero todo lo he hecho como corresponde, pero si tú no la peleas, no hay justicia en este país”

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Por Amory Díaz Sánchez / Fotos: Gentileza Cons Gallardo V.

En enero de este año el 8° Juzgado de Garantía de Santiago otorgó la autorización judicial para exhumar el cuerpo de Anna Cook, quien fallece el 2 de agosto de 2017 en circunstancias que aún no son aclaradas por la justicia, y que durante 6 años ha mantenido a su mamá Kattia González, en una búsqueda infructuosa de verdad.

Con la exhumación del cuerpo que se efectuó el 1 de febrero, prosiguió la realización de una segunda autopsia con el objetivo de contrastar la nueva pericia, con la hipótesis que sí hubo participación de terceras personas en el lesbicidio de Anna, línea de investigación que no fue abordada por Fiscalía en 2017 ni en los años posteriores. Muy por el contrario, las falencias iniciales, la omisión de antecedentes y la falta de rigor tanto de Fiscalía como del Servicio Médico Legal (SML), mantuvieron el caso de Anna como hallazgo de cadáver con muerte por sobredosis.

En la edición 14 de Revista Grito consignamos los principales hechos e incongruencias en torno a la causa, sin embargo, es perentorio recordar algunos elementos determinantes:

Tras el lesbicidio de Anna, el examen químico toxicológico realizado en 2017, estableció que la concentración de drogas en su cuerpo estaba en rango terapéutico, por lo tanto, muy por debajo de los niveles que le podrían haber causado la muerte por sobredosis. Ese mismo año el informe tanatológico arrojó la presencia de espermatozoides en su boca, situación profundamente contradictoria pues ella era lesbiana.

Se añade que en el parte médico emitido por el doctor que la recibe en el Hospital del Salvador aquel 2 de agosto, se dejan estipuladas las evidentes lesiones en su cuerpo (equimosis cervical), agregando también como posible causa de muerte, intervención de terceros. En este sentido, si bien el primer informe de autopsia (2017) que realizó el Servicio Médico Legal consigna fractura de costillas (desde la 2° hasta 5° costillas derechas), en agosto de 2019 la misma institución entrega un informe complementario, en el que establece que el cuerpo de Anna no presentaba lesiones a nivel cervical, ni superficiales, ni profundas; situación contraria a la que sí estipuló el doctor en urgencias.

Estando los antecedentes a la vista, Fiscalía no indagó en las contradicciones, así como tampoco consideró las múltiples contusiones que presentaba el cuerpo de Anna ignorando, además, el fluido seminal encontrado en su boca, hallazgos con los cuales se podría haber establecido una nueva hipótesis de investigación en torno a la muerte de la joven.

Peor aún, en el complemento de autopsia del SML (2019) se afirmó que la muerte de la DJ se debió a una “intoxicación aguda medicamentosa asociada a consumo de drogas, por lo tanto, se descarta muerte atribuible a terceras personas”. Finalmente, inverosímil e indignante resulta la falta de rigor con que el Servicio Médico Legal trató la muestra de fluido seminal, pues no se pudo establecer un comparativo de ADN con los posibles involucrados, porque en el momento que se realizaría la diligencia, la muestra extraída ya se encontraba agotada.

Frente a esta adversidad, fue la persistencia inagotable de Kattia, la que impidió el fin de la investigación en 2019: la entonces fiscal a cargo, Mitzy Henríquez, cerraría el caso atribuyendo una sobredosis sin participación de terceros como causa de muerte, a diferencia de la violación con homicidio que se evalúa hoy en día.

En 2022 Karinna Fernández y Pía Corbalán asumieron la defensa, y junto con los avances en materia investigativa, se ha enfatizado que más allá de una negligencia en los procedimientos iniciales, la estigmatización estructural de los operadores de justicia que juzgan a la víctima respecto de sus características, es también uno de los elementos centrales que ha mantenido la causa sin avances.

Debido a ello, y con el objetivo de reactivar la investigación, es que las abogadas solicitaron la aplicación del Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas, así como el Protocolo Latinoamericano de investigación de muertes violentas de mujeres por razones de género. Al recurrir a los instrumentos y estándares del Derecho Internacional en materia de Derechos Humanos se espera dar un vuelco que agilice el proceso, el que realizado esta vez con el debido rigor, permita identificar a los responsables y así conocer cuál fue la verdadera mecánica de los hechos.

Hoy, con nuevas esperanzas de dilucidar el lesbicidio de su hija y con una segunda autopsia en proceso, conversamos con Kattia González, madre de la DJ, realizando un recorrido por lo que ha significado este extenso y tardío camino por verdad y justicia.

Este año se cumplen 6 años desde el lesbicidio de Anna, como madre, ¿Cómo ha sido transitar este camino en búsqueda de justicia?

Ha sido súper doloroso y difícil, pero hay que hacerse la fuerte. Por lo tanto, para tener esa fortaleza me preparo en lo que tengo o no tengo qué hacer, en lo que tengo que decir, pero en la intimidad y las personas que están más cerca, saben que el dolor está, que no hay día en que yo no la recuerde. En la parte emocional, es como que en cualquier momento caes de nuevo en depresión, pero el querer hacer justicia es lo que te mantiene firme. También me mantiene el apoyo de mi familia y de las chicas que están siempre conmigo.

Ha sido muy difícil el que te hayan tratado como si fueras ignorante, pero pese a ello tienes que seguir luchando porque si te dejas estar, con lo que te hacen o dicen, te puedes deprimir más. Yo creo que es lo que le pasa a la mayoría de las personas que abandonan los casos y no siguen luchando, y es porque no te tratan como deben o no te dan las respuestas que quieres, pero es super difícil porque tú vives con el dolor y más encima con la incomprensión. No hay ninguna empatía.

Ahora si hablamos del ámbito legal, lo vuelvo a repetir, fue un buscar y golpear puertas, recibir malos tratos, que no te “pesquen”, que te palmoteen la espalda como queriendo decir ‘sí lo vamos a hacer´, pero en el fondo sabes que no pasaba nada, pero ahora sí… Ahora está resultando todo, está resultando lo que siempre pedí.

Creo que todas las personas que reciben justicia, es porque realmente la buscan. Hay gente que dice que la justicia en Chile es solamente para los que tienen plata, no creo en eso, sí en la constancia de cada persona. También influye si tienes un buen abogado, porque desgraciadamente en esto tienes que tener uno bueno, sino no te ayudan, no avanzas nada. Gracias a la Cons tengo muy buenas abogadas y ahora sí creo que queda poco para cerrar, por lo menos esta etapa.

¿Cuáles han sido las principales dificultades con las que se ha enfrentado desde el inicio de la investigación por el lesbicidio de Anna?

Lo recuerdo todo como si fuera ayer. Lo primero que te causa mucha dificultad es tu estado emocional, estás tan shockeada que no sabes qué hacer. Lo segundo, es que como jamás has estado en una situación así no sabes cómo actuar, me refiero a cuando descubrí que a mi hija la habían matado y que no había sido una sobredosis, como lo habían hecho pasar.

¿Recuerdas algún hecho en particular que le haya impactado?

Lo peor para mí fue el trato de Fiscalía, recuerdo perfectamente bien algunas cosas que me decía Mitzy Henríquez, como por ejemplo: ´tú aquí no vienes a conversar conmigo, vienes a declarar´… yo pensaba que la fiscal era para que investigara, te ayudara y también te apoyara, pero no es así. O por ejemplo que esperé un año y medio para que me dieran el resultado del ADN, y cuando llego con esa tensión de no haber podido dormir en toda la noche esperando el resultado, te dicen: ´te tengo dos noticias, una buena y una mala’, y tú ya sabes que la mala es que te van a decir que no pasó nada con el ADN. Ese momento lo sientes como una burla, porque sabes que no es así.

También recuerdo haber ido muchas veces a la PDI, a la Brigada de Homicidios a preguntar. Me decían que era necesario que yo solicitara su participación (en la investigación), y que ellos lo harían inmediatamente, pero que dependían de Fiscalía. O también que te hayan dicho que no es ‘resorte’ tuyo pedir cambio de fiscal o pedir participación de la PDI. En definitiva, que te traten prácticamente como una persona ignorante.

A diferencia de hoy en día, creo que depende mucho de las abogadas. También la fiscal ha tenido un trato totalmente distinto, pero sí, ha sido complicado para mí.

¿El mito de la sobredosis marcó un antes y un después en la investigación, cómo crees que ha influido esto en el esclarecimiento de la verdad?

Sé que el Servicio Médico Legal no hace las autopsias, que a informes ya hechos les cambia los nombres. Eso se ha descubierto en otros casos, como por ejemplo en el de Nicole Saavedra. A ella le habían puesto otro caso, la habían descrito como hombre. Su abogada, que es súper buena, se dio cuenta y de hecho nos avisó. En el caso de Anna no describen el golpe en el cuello, no describieron muchas cosas. (…) Yo sé que mi hija fumaba marihuana, que tomaba alcohol porque frente a eso no soy ciega, pero habían cosas que no me cuadraban y (el consumo) tampoco fue catalogado como sobredosis. Se supone que ella murió de sobredosis por la combinación que habría hecho, yo creo que no hicieron nada, que con suerte la abrieron, pesaron sus órganos y la cerraron. Da la sensación que dijeron: “esa es una cabra loca, llena de tatuajes, con el pelo de colores”.

Yo creo que ellos nunca hicieron una autopsia real. Incluso algunos han sido peor, periodistas han querido hacer pasar el caso como que Anna se suicidó, pero yo digo, nadie se suicida con espermatozoides en la boca.

El año 2019 estuvieron a punto de cerrar la investigación. En su opinión, ¿Cuáles han sido los antecedentes que la justicia no consideró en su momento?

Mitzy Henríquez iba a cerrar el caso, me dijo que como todo estaba siendo tan visibilizado y aparecía en redes sociales, ella no tenía nada más que investigar, que iba a cerrar el caso y que quedaba solamente un examen por entregar, y que lo daría (cerrado) por sobredosis. A lo que le pregunté, ¿Y la equimosis? ¿Y el corte del pecho? ¿Y las costillas quebradas?: ´No los reconozco´ me respondió… Entonces no reconoce nada le dije, y ahí me tomó la Lily (antigua abogada defensora) y me sacó del lugar. Creo que ella también quería cerrar el caso porque habíamos pedido cambio de fiscal, así lo sentí.

Fiscalía no hizo absolutamente nada, no pidió ninguna diligencia de las que nosotros solicitamos, prácticamente no se involucraron. Les importaba muy poco el estado de ánimo, cómo tú estabas… Eran muchas hojas, muchas declaraciones y unas entrevistas en que te hacían unas preguntas en las que cada cual contaba lo que quería, o sea ni siquiera se pidió la intervención de la PDI. Me dijo (la ex fiscal del caso Mitzy Henríquez) que iba a solicitar al jefe del Servicio Médico Legal (SML) que conversara conmigo y me pidiera disculpas, porque yo le expresé que no estaba de acuerdo con el resultado del ADN. Eso nunca pasó, él nunca se presentó, porque yo le iba a rebatir todo el resultado.

Le discutí muchas cosas, y creo que eso no les gustó. Pero en definitiva no hicieron nada, fue perder tiempo entre un examen y otro. En realidad, no les interesaba nada, lo único que sí les interesaba, era cerrar el caso.

¿Crees que hubo negligencia por parte de la justicia?

Sí, de todas maneras. Puede sonar mal lo que voy a decir, pero ellos no hicieron su trabajo, no les interesaba. Partiendo de la base, que si a mi hija le hubieran hecho una buena autopsia, yo no estaría ahora en esta situación. No hubiera tenido que estar durante 6 años tratando de hacer justicia o andar pegando papeles en la calle. No hacen su pega, y lo evaden diciendo que tienen muchos casos, por lo tanto, no les dedican mucho tiempo. Creo que fue negligencia.

Uno de los elementos que han denunciado abiertamente, es el Pacto de Silencio que ha impedido avanzar en la investigación. ¿A qué situaciones específicas se refiere?

Traté de comunicarme con todas las personas que estuvieron esa noche con mi hija, una sola persona (contestó) y me cortó el teléfono. En realidad, a mí no me interesa cuando empiezan con que ‘él dijo, ella dijo’ porque para la justicia necesito pruebas y no comentarios. Pero llegas a la conclusión, que las personas que estuvieron esa noche se pusieron de acuerdo para declarar lo mismo.

Después, esas personas se enojaron y pelearon, pero obviamente todos los que estuvieron saben lo que pasó, se hayan ido antes o después, y más aún el señor Raúl Azocar, porque él estaba ahí. Pero, ellos saben quién fue, quién lo hizo y cómo lo hizo, pero se callan. Por eso decimos que es un pacto de silencio.

Por ejemplo, es muy extraño que (después de la muerte de Anna) hayan limpiado la pieza, que hayan limpiado con cloro las paredes para no dejar huellas o restos biológicos, o que la ropa de mi hija haya desaparecido. Es obvio que tuvieron todo el tiempo del mundo para ponerse de acuerdo, para pensar qué hacer y qué decir. Tengo testigos que me dijeron que limpiaron la pieza con cloro. El día que Anna estaba en el hospital, porque al otro día la trasladaban al Servicio Médico Legal, ellos estaban ´carreteando´ de nuevo, ¿O sea de qué me hablan? ¿De que eran amigos? ¿Que ellos la cuidaban? Eso era pura pantalla.

El año 2022 asume la defensa un nuevo equipo jurídico: ¿Qué nuevas esperanzas se abren para usted en el avance del caso?

Yo estaba desesperada, en una mezcla de depresión y falta de conocimiento, cualquier persona que me ofreciera ayuda la aceptaba. Una de esas situaciones ocurrió con el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), pero en realidad no me ayudaron en nada, perdí tiempo y todo fue muy mal gestionado.

Eso cambió cuando las chiquillas y la Cons se dieron cuenta que esto no avanzaba, me contactaron con las dos tremendas abogadas que tengo, Karinna y Pía. Cuando conversé con Karinna me empezó a explicar muchas cosas y ahí me di cuenta que estaba súper perdida y que también había perdido mucho tiempo. Cuando ellas (las abogadas) pidieron una audiencia con la nueva fiscal, y se solicitó la aplicación del Protocolo de Minnesota, siento que se tomó más el peso.

¿En su rol de madre, cómo abordó la posibilidad de exhumar el cuerpo de Anna?

Siempre había pedido la exhumación, pero sentía que me miraban como si estuviese loca, pero en esta oportunidad la pidió Fiscalía con un muy buen argumento, creo que leyeron todo y se dieron cuenta que estaba todo mal hecho, porque en Chile este procedimiento no se realiza todos los días.

Por fin se está haciendo todo bien: Fiscalía acepta la exhumación, la PDI se hace cargo y tenemos una excelente médico forense, más feliz no puedo estar. Todo lo que no se hizo en seis años, se está haciendo ahora. Pero no deja de ser agobiante porque no hemos parado, inclusive ahora Fiscalía por primera vez (en seis años) me asigna atención psicológica.

Recuerdo que cuando las abogadas me avisan que sí se realizaría la exhumación, lloré harto. Pero no de pena, sino que sentí que por fin iba a empezar todo, por fin se iba a hacer todo bien. Por fin mi hija va a tener paz y yo también. Yo sé que el resultado va a ser la base de toda la investigación. El día de la exhumación, estaba muy nerviosa, me vino a buscar el psicólogo que me asignaron para acompañar el proceso y cuando llegué estaba tranquila, porque de verdad yo quería eso, hace 5 años lo había pedido. Ahora estoy ansiosa esperando los resultados. Esto es más de lo que yo había pensado, lo que encuentren para mí va a ser importante, porque en este momento no tengo nada.

¿Con esa diligencia ya concretada, qué caminos se abren hacia la verdad y la justicia por Anna?

Espero que haya, aunque sea una evidencia, que hubo participación de terceros, con ese antecedente empieza de nuevo la reconstrucción de escena, nuevas declaraciones pero ahora con la intervención de la PDI.

Creo que ahora sí, tengo mucha fe en que voy a ver a los culpables tras las rejas, que aprovechen sus últimos días de vacaciones porque no deben poder ni dormir con lo nervioso que están y espero verlos en el juicio oral. No me arrepiento de nada, porque me quitaron lo más importante que tenía en mi vida, y la destruyeron. Ellos no se imaginan lo que es no ver a tu hija, no escucharla, no verla nunca más.

¿Qué ha sido la justicia para usted ?

Creía en la justicia y pude haber tomado justicia por mis manos, pero todo lo he hecho como corresponde, pero si tú no la peleas, no hay justicia en este país. Es una gran pena, estoy totalmente desilusionada, es agotador. Nadie me tiene que felicitar, ni siquiera debería estar aquí. Nadie tendría que pasar por lo que he vivido, si es que las personas que tienen el poder de solucionar estas situaciones lo hicieran de verdad y a conciencia. Es muy triste, si te quedas, perdiste. Estoy desilusionada de la justicia, pero todavía tengo fe de que después de tanta pelea que se ha dado, esto se arregle.

En un principio su lucha fue en solitario, pero hoy se ha transformado en una acción colectiva. ¿Cómo fue ese camino y quiénes la han apoyado?

Es bien especial decirlo, porque si hago un resumen de todo el apoyo que he recibido, sería muy mal agradecida si dijera que no me han ayudado. Me llama mucho la atención los que se hacían llamar amigos de Anna y que estuvieron los primeros meses, el primer año acompañando y preguntando. No sé si fue por morbo o si no fueron realmente sus amigos, pero ellos ya no están. Cuando publicamos lo de la exhumación, me decían ´tía disculpe´, pero para mí esas disculpas ya no valen, porque cuando eres amigo, lo eres en las buenas y en las malas.

A diferencia de un grupo de chicas que ubicaban a Anna de lejos, que no eran tan amigas de ella, pero leyeron el caso, se conmovieron y solas se empezaron a acercar. Son súper comprometidas y hoy en día es raro ver que las personas sean así. Me empezaron a ayudar y yo les debo dónde estoy y la fuerza que me han dado. La Cons, la Cami y la Javi son las más cercanas a mí, y es ahora el minuto que más las necesito porque estamos en un período muy importante y de muchas emociones.

Creo que Anita donde esté, ve a las chicas y sabe que gracias a ellas hemos movido harto, harto, todo esto. Así que ya más daño del que me hicieron, no me pueden hacer, cualquier cosa que me digan no influye. Este grupo de chicas son las que importan para mí, sobre todo en este momento tan crucial.

Hemos visto a lo largo de la historia, que mujeres y madres sostienen la vida a pesar de las circunstancias más duras e injustas ¿Cómo logra seguir luchando?

La verdad cuesta mucho seguir adelante, esto se lo debo a mis padres, por la enseñanza y educación que me dieron: de caer y pararte otra vez. Yo soy la menor de siete hermanos y ellos siempre me han dicho que soy la más fuerte de todos.

He buscado sanarme, he buscado las formas de ayudarme y una de ellas es mi gato y este negocio, porque si yo estuviera sola y encerrada, la verdad no me daría ganas de hacer nada. Acá me distraigo.

También me refugio en mi trabajo, y conversando mucho con mis hermanos, que de alguna u otra manera me ayudan, me escuchan. Esas han sido un poco las maneras con las que he evadido un poco el dolor, por eso tengo que cuidar mucho todo esto, cuidar la exposición porque puede echar por la borda toda mi terapia.

Pero, a pesar de todo es super difícil, sobre todo cuando notas la ausencia, cuando ya no la tienes, cuando no puedes conversar o reír con ella, ni tampoco abrazarla. No deja de darme rabia que unos desgraciados, porque quisieron, la mataron.

Sobrevivo así hasta que Dios diga. Tengo harta fe, que esta vez sí vamos a lograrlo. Estamos en eso…

*Publicado en la edición 18 de revista Grito


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