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Irán quiere cambiar

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Por Maximiliano Sepúlveda Rodríguez / Fotos: Acemedia Comunicaciones (Protesta de residentes iraníes en Chile)

Hemos hecho así́ de vosotros una comunidad moderada, para que seáis testigos de los hombres y para que el Enviado sea testigo de vosotros. (El Sagrado Corán. Sura 2 Al-Báquarah (La Vaca). Aleya 143.

Los hechos son conocidos: Hace 42 días*, la joven de origen kurdo Mahsa Amini, fue detenida en la calle en una ciudad del norte de Irán, acusada por una mujer miembro del cuerpo denominado “Policía de la Moral”, de llevar su hiyab, tela que las mujeres iraníes deben, por ley, usar para cubrir su cabeza en público, en mala posición, dejando a la vista una porción de su cabello. Amini fue arrojada al interior de una camioneta y llevada a un centro policial, donde moriría horas más tarde.

Como suele suceder en estos casos, el reporte oficial niega que Amini haya sido asesinada a golpes por los efectivos policiales, atribuyendo su súbito fallecimiento a dolencias y enfermedades previas en una mujer perfectamente sana de 23 años. Para la joven e ilustradísima sociedad iraní, tanto en el país como en el extranjero (8 millones de iraníes viven fuera del territorio), no es más que un brutal homicidio, y la gota que colmó el vaso.

Marjane* y Mohsen* viven desde hace 4 años en Chile, y nos reciben en un café junto a su negocio de venta de agua en plena comuna de Macul. De español algo pedregoso pero afirmativo y convencido, estos dos migrantes con posdoctorado en ciencias nos cuentan cómo han vivido este mes y medio de protestas tan lejos de su tierra, que con más de 2 mil 500 años de historia, aún mantiene vivo el recuerdo de la majestuosidad del Imperio Persa, alguna vez centro del mundo y cuna de la civilización occidental.

¿Cuánto tiempo llevan en Chile y cómo han seguido las protestas?

“Estamos en Chile desde hace 4 años y medio, somos pocos pero hay gente que nos ayuda. Han asesinado a más de 250 personas en las protestas, entre ellos 35 niños. En la calle los policías disparan con armas de guerra o atacan a las personas con palos e internet está cortado desde hace 40 días, pero mucha gente se conecta vía VPN (sistema de conexión vía escritorio remoto, donde el equipo obtiene señal a través de un computador a distancia)”.

Como en todos los regímenes totalitarios, participar en las manifestaciones y darle la espalda al gobierno tiene un precio, que sin embargo cada vez más iraníes, dentro y fuera del país, están dispuestos a pagar: “En este momento no podemos regresar a Irán porque nuestros rostros salieron en fotos de manifestaciones. En Irán hay una Cíber Policía para redes sociales, se llama Fata, revisa todas las publicaciones de la gente en redes sociales. Si publicas algo en contra del gobierno, te rastrean y arrestan”.

Consultados sobre cuál es la diferencia fundamental entre las protestas de 2009 y 2017, que también movilizaron a miles de personas durante varios días, primero por la llegada al poder de Mahmud Ahmadineyad, y la segunda por la aguda crisis económica que atravesaba el país, Marjane y Mohsen coinciden en que “ahora los más de 8 millones de iraníes que viven afuera están de pie. Antes de lo que pasó con Mahsa Amini, el gobierno tenía mucha fuerza en los jóvenes. Pero cuando llegaron al poder les dijeron: Si usted trabaja en el banco, debe vestirse de esta manera. En la calle, los jóvenes, hombres y mujeres no pueden sentarse en los cafés juntos, deben estar separados. Lo mismo en las universidades. En Irán las niñas y mujeres pueden estudiar y tener los mismos espacios que los hombres, pero deben usar hiyab en la cabeza y vestir ropa ancha con largas mantas. Hay reglas especiales para ellas que la gente ya no acepta”.

«Un mes antes de Mahsa, una niña de 23 o 24 años estaba en el Metro, y su velo se había corrido hacia atrás. Una mujer le tomó una foto y la envió a las autoridades. La detuvieron en su casa y estuvo un mes en la cárcel donde fue torturada y tuvo que firmar una confesión forzada. Luego debió salir en televisión reconociendo su culpa y pidiendo disculpas al gobierno, esto es algo normal en Irán, pero nadie cree las confesiones, todos sabemos que es obligatorio. Tenía un ojo morado, la habían golpeado mucho. Esto causó la indignación de la gente, ya que era una niña”.

Retrato de Mahsa Amini, joven iraní asesinada por la policía de Irán por usar su hiyab incorrectamente.

¿Tras la llegada al poder de Hebraím Rahisi hace un año, el gobierno ha adoptado una política más represiva hacia sus ciudadanos?

“Si, en tiempos de Hasan Rouhani (antecesor de Rahisi en el cargo de presidente), la Policía de la Moral no actuaba de esta forma. Desde que comenzaron las protestas, el gobierno trajo agentes de Irak, Pakistán y Afganistán para perseguir a la gente en la calle. Andan vestidos de civil pero armados. Todos se dieron cuenta inmediatamente de que eran agentes extranjeros porque hablan árabe o paquistaní a gritos en la calle. La gente en las protestas los graba y denuncia”. (En Irán, como en la mayoría de los países de Asia, se habla farsi, urdu, turco, entre otras lenguas, pero el idioma de uso común es el persa y nadie habla en árabe en público, ni siquiera la población de ése origen que vive en el sur del país).

“Ahora en las protestas, la mayoría de las personas heridas en las protestas no van a los hospitales porque corren el riesgo de ser arrestadas y se comunican a través de Instagram con médicos iraníes fuera del país para quitarse los perdigones y tener tratamiento, lo que en algunos casos empeora las lesiones”.

¿Cómo ve la población de Irán, dentro y fuera del país, la enorme hipocresía de que un régimen que propugna la más estricta moral religiosa tenga como práctica habitual el atacar sexualmente a las mujeres en recintos policiales tras las protestas?

“En Irán la religión es política. Ellos no creen en lo que predican y sólo lo usan como una forma de control. Hace un tiempo un Mulá (clérigo musulmán), declaró que los preceptos religiosos que predican son para nosotros, los habitantes del país, no para ellos. Usan los ataques sexuales como una forma de amedrentar a la gente para que no protesten. Lo mismo con los asesinatos, después de las protestas van a las casas de los jóvenes muertos y les dicen a los padres que si siguen protestando matarán a más hijos de la familia”.

Quienes ocultan algo de la Escritura que Alá ha revelado y lo malvenden, sólo fuego ingerirán en sus entrañas y Alá no les dirigirá́ la palabra el día de la Resurrección ni les declarará puros. Tendrán un castigo doloroso. (El Sagrado Corán. Sura 2 Al-Báquarah. Aleya 174)

“Además, según las sentencias de los ayatolás, si una niña es virgen y es sentenciada a muerte, su virginidad debe ser destruida por un soldado Basij antes de morir. Es por esto que la violan y luego la matan”.

¿Qué esperan para el futuro de estas manifestaciones y para su país?

“Esperamos un cambio de régimen, no sólo de gobierno. Cambiar de gobierno es cambiar un muñeco por otro. Debemos poder votar libremente para elegir a nuestro gobierno. La gente que vive fuera de Irán está muy informada y, si cambia el régimen, van a volver al país a elegir un nuevo gobierno, que debe ser una república democrática. El gobierno de Irán es una dictadura teocrática y hace 44 años engañaron a la gente de mi país”.

“Un tema que se está discutiendo mucho ahora allá es que la mayoría de la sociedad en Irán tiene un alto nivel de educación universitaria, es decir son intelectuales, pero el presidente, los ministros y los funcionarios, tienen un bajo nivel de alfabetización y basan su poder en prejuicios religiosos y fachada política, deciden y han dividido a la sociedad en dos polos. Por esta razón, en los últimos años, tuvimos una alta ola de emigración de personas educadas y de élite de Irán. La plana superior de científicos de la Nasa son todos de origen iraní, lo mismo pasa en los puestos más relevantes del gobierno de Canadá, por ejemplo”.

Protesta de residentes iraníes en Chile (Biblioteca Nacional 29/10/2022)

Para el profesor del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Paulo Botta, la crisis político social que atraviesa Irán va camino a convertirse en una de los mayores movimientos de la que es, a no dudarlo, la sociedad civil más movilizada y activa de Medio Oriente.

Profesor, ¿nos encontramos frente a una protesta de elite urbana ilustrada o ante un movimiento generalizado?

“El origen de las protestas no está precisamente en una elite urbana. Todo esto inicia con el fallecimiento de una chica, que además es kurda y proveniente de una región que no es el centro de Irán ni tampoco de los sectores más ricos, por lo tanto no tiene un origen elitista. Luego, sí vemos que tiene un impacto en los sectores urbanos jóvenes de la sociedad, quienes son los que están llevando adelante el grueso de las manifestaciones, y de a poco estamos viendo que se suman otros sectores sociales, algunos sindicatos, y minorías como los baluchíes, al este del país, donde se han producido los choques más violentos con las fuerzas del gobierno, y con mayor número de muertos. Por lo tanto, no podría hablar de un movimiento de elite universitaria pero tampoco de un levantamiento generalizado porque los sectores económicos más ligados al gobierno, como los bazaríes, con negocios en el Bazar, y los sectores clericales o vinculados a las fuerzas armadas, que son los tres sectores más importantes vinculados al poder en Irán no se han sumado a las manifestaciones como sí ocurrió al final de gobierno del Sah en los años setenta”.

Irán tiene en este momento un jefe de gobierno, Hebraím Rahisi, mucho más conservador que su antecesor, Hasan Rohaini, quien era, al menos percibido en occidente, como mucho más liberal, ¿ha habido un viraje hacia el conservadurismo en Irán en los últimos años?

“Primero es importante aclarar que, en términos iraníes, el líder y jefe de gobierno es el Ayatolá Alí Jamenei, en el poder desde 1989 y sucesor del fundador de la República Islámica, el Ayatolá Ruhollah Jomeiní, y efectivamente él sí tiene un perfil muy conservador. Después viene el presidente del país que es Hebraím Rahisi, que está en el poder hace algo más de un año y también es muy conservador, en percepción y en los hechos. Por cierto mucho más que su antecesor Rohaini. Ese giro a los sectores más conservadores tiene su origen en dos ejemplos muy significativos. El primero es las elecciones parlamentarias del año 2020, cuando estaba comenzando a explotar el tema del Covid, y el segundo fue el de las elecciones presidenciales de julio del año 2021. En ambas elecciones sabemos que la participación apenas superó el 40%, porque el sistema gubernamental iraní es bastante especial. Los que pueden presentarse como candidatos en estas dos grandes instancias, presidencial y parlamento, deben contar con la previa aprobación del sistema, de ese modo se aseguran de que todos quienes vayan a las elecciones sean gente del sistema, no hay forma de que venga alguien de afuera a competir por un escaño o la presidencia”.

“Ante este escenario, los candidatos que, podríamos decir, eran más aperturistas, por así decir, quedaron todos, pero absolutamente todos fuera y no se les permitió participar en las elecciones, y la gente decidió no votar. Esa decisión significó que la mayoría del parlamento y el presidente, por cierto, representen a una pequeña parte de la población, que es la gente que se siente más identificada con esas posturas conservadoras. En términos politológicos, el sistema iraní optó claramente por la conservación en lugar de la representación. Aseguró a alguien que podía mantener sus propios puntos de vista antes que abrirse a alguien que pudiese constituir una mayor representatividad”.

“Eso es un elemento que está muy presente en las protestas. Hay un porcentaje enorme de jóvenes que no se sienten representados por el sistema imperante. Y no es una percepción nuestra, es lo que nos dicen las estadísticas electorales. Para que usted tenga una idea, en las presidenciales pasadas, la segunda opción con mayor porcentaje de votación fue la de los votos en blanco. Entonces aun los que votaron, optaron por representar su malestar de esa forma, por lo tanto hablamos de un régimen político muy poco representativo”.

Entonces, ante la imposibilidad de representación, ¿la mayoría de los electores optaron por abandonar la dimensión electoral de la política?

“Exactamente, y además esto es algo que nunca había ocurrido en más de 40 años de república islámica. Tenemos los porcentajes más bajos de representación electoral de las últimas décadas”.

Además de la vestimenta y el rol de la policía de la moral, ¿es especialmente restrictivo para las mujeres la vida en Irán?

“Si. Yo trataría de verlo de la siguiente manera: La mayoría de la población iraní, alrededor del 65%, tiene menos de 45 años. Es decir, no participó del proceso revolucionario de los 70´. Son generaciones que no participaron de eso. Y además, en estos 40 años, en uno de los avances más significativos de la República Islámica de Irán, se han ocupado de darle un altísimo nivel educacional a la población. Hoy Irán tiene estándares europeos, con 98% de alfabetismo y con mayoría absoluta de mujeres en universidades, especialmente en nivel de posgrado, además de avances extraordinarios en tecnología militar, nuclear, química y matemáticas. Y por lo tanto ahí tenemos dos elementos que chocan: Mucha gente no participó de la Revolución que dio lugar al régimen islámico y sus reglas, y además tenemos una población muy joven y muy educada, que no solamente no participó de la construcción de estas reglas, sino que tampoco se sienten representados por este modelo de sociedad que no tiene los elementos de las democracias modernas, como la separación entre la iglesia y el Estado, un gobierno secular, etc. Y por lo tanto dicen: Yo no participé de la creación de estas reglas, por lo tanto, no nos representan, y además, tenemos un elemento extra, que es la Policía de la Moral, que siempre ha existido, pero los gobiernos, con un grado importante de prudencia política, la mantuvieron menos estricta en la aplicación de las normas especialmente considerando que la sociedad tiene muchas demandas”.

“Entonces, en un contexto como en el que estamos, donde Irán tiene una inflación superior al 80%, su moneda se ha devaluado, hay mucha cesantía, especialmente juvenil, imponer un sistema que le es muy ajeno a la mayoría de la población, es visto como un peso insuperable. Entonces tenemos un régimen que no sólo es poco representativo sino que, además, imprudente. Porque si yo tengo poca representatividad como sistema, lo último que debería hacer sería ponerse más estricto en normas que, se sabe, la mayoría de la gente no va a aceptar. Entonces, un fenómeno que ocurre en muchos países del mundo, con una distancia considerable entre gobernantes y gobernados, donde unos creen que sus reglas deben ser aceptadas por todos, se produce una brecha que hoy estamos viendo en vivo y en directo”.

(Biblioteca Nacional 29/10/2022)

Tenemos informaciones de formulación de cargos por parte del equivalente a la fiscalía iraní por altísimas penas, incluso la muerte. El gobierno alega que su sistema es sagrado, y que por lo tanto violentarse o manifestarse contra el acarrearía penas de ese tipo, ¿el sistema iraní siempre ha sido tan intensamente severo como en estos tiempos?

“Si, de hecho es el tipo de medidas que la República Islámica suele tomar en estos casos. En primer lugar tratar de controlar el acceso a internet, que es el medio por el que los jóvenes coordinan sus acciones, y en segundo lugar una política fuertemente represiva que busca copar el espacio público. Además le agregaría algo más, el actual presidente Rahisi fue jefe del Poder Judicial y ha hecho toda su carrera dentro del sistema, por lo tanto es una persona que sabe muy bien cómo funcionan las normas. Además, políticamente, esto demuestra una nula voluntad de diálogo porque si tienes 40 días de protestas en distintas regiones del país y la única respuesta del gobierno es reprimir, cortar internet y levantar cargos criminales con penas altísimas a los detenidos en las manifestaciones, no hay mucha voluntad de diálogo. Tengo mis dudas de si esto va a ser el fin de las manifestaciones”.

“Por otra parte, hay un elemento muy importante que aparece cuando miramos un poco más allá de lo que está pasando ahora. Irán es una república islámica desde hace 40 años, pero en los últimos 100, hemos visto la sociedad civil más activa de Medio Oriente. En 1890, hubo una revuelta popular conocida como la Revolución del Tabaco, que cambió una decisión del Sah. Entre 1906 y 1911 hubo una gran revolución que se conoció como la revolución constitucional que también cambió decisiones tomadas por el Sah. En 1953 hubo un movimiento popular que instaló en el poder a un primer ministro muy importante como Mohammad Mosaddeq, que determinó la nacionalización de la Compañía de Petróleo Anglo-Iraní. En 1979 fueron manifestaciones populares las que llevaron al poder al Ayatolah Jomeini. Quiero decir con esto que, en los últimos 100 años, la sociedad iraní ha demostrado ser tremendamente activa a la hora de generar demandas a sus gobernantes, y por lo tanto me da la sensación de que cerrar la puerta a cualquier discusión o diálogo en el mediano plazo puede ser el primer paso a más manifestaciones y desencuentros”.

Existen innumerables acusaciones sobre violencia indiscriminada contra detenidos y, especialmente, violencia sexual contra las mujeres en los centros de detención. ¿Cómo se entiende que una república islámica, que se presenta como un régimen basado en la más estricta moral religiosa tenga este tipo de prácticas por parte de los organismos represivos?

“Hay muchos elementos que usted señala que han sido parte de las prácticas de las fuerzas de orden en el país desde hace muchos años y eso está documentado, pero me parece que es importante tratar de entender Irán más allá de su aspecto religioso. El sistema político iraní ha elegido la continuidad estricta de su régimen, y eso significa que seguirán haciendo muchas cosas que resultan contradictorias respecto de los principios que dicen defender, con el único objetivo de preservar el sistema político existente”.

¿Qué viene para el futuro?, las protestas no parecen amainar tras 40 días y, además, se dan en todo el país, en el norte kurdo, e incluso en la zona del país donde reside la población de origen árabe. ¿Es posible que la situación actual dé lugar a otros escenarios?

“Puede que las protestas se calmen pero eso no va a solucionar el problema, sólo significará que los ciudadanos se cansaron de exigir lo que exigen de la manera en la que lo hacen actualmente. El otro escenario es que el gobierno muestre señales de apertura y dé lugar a algunas de las demandas, que son demandas muy generales que tienen que ver con la inmensa mayoría de la población. En ningún escenario el pronóstico es positivo”.

¿Usted ve posible que el sistema iraní, tan jerarquizado y rígido, pueda flexibilizarse en algún sentido?

“El sistema iraní es muy complejo, sin duda el más complejo de la región que nosotros llamamos Medio Oriente. De hecho, ha dado señales en el pasado. En 1979 se da la revolución. En 1989 muere el Ayatolah Jomeini y cuando fallece se modifica la Constitución para lograr que el líder del país fuese alguien más acomodado a la realidad, por así decir. Y desde hace unos años se dice también que la muerte del actual líder Jameini, que tiene 83 años y muchos problemas de salud, podría generar alguna modificación. Pero ahora, en 2022, no sé si será tan fácil modificar los aspectos centrales del régimen y su funcionamiento, como es el tema clerical. Es muy probable que se requieran cambios mucho más profundos que se alejen de una República Islámica”.

*Los nombres fueron cambiados a petición de los entrevistados, con el fin de proteger su identidad tras amenazas recibidas y la prohibición de volver a su país por parte del gobierno de Teherán.

**Paulo Botta es director del programa ejecutivo en Medio Oriente Contemporáneo de la Universidad Católica Argentina, Doctor por la Universidad Complutense de Madrid y Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Córdoba. Además, diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad Complutense de Madrid y diplomado en Lengua Árabe por el Centro Educacional de Lengua Árabe para extranjeros del Ministerio de Educación Superior de la República Árabe de Egipto. Es Investigador principal de la carrera de docente investigador científico de la Universidad de la Defensa Nacional, Investigador Senior (no residente) del Institute for Global Studies.


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